En las disciplinas deportivas y
grandes competiciones se premian a los mejores, los que más se esfuerzan, a aquellos que dan todo por ser campeones. Nuestros clientes –fieles- preguntan sobre
nuestro producto, nos recomiendan cuando se sienten satisfechos por nuestros
servicios y además de mantienen la rentabilidad de nuestra empresa, entonces…
¿Por qué no premiarlos por su fidelidad?.
Las ventas de nuestros
productos/servicios los determinan los clientes potenciales y objetivos… Pero
hay tipos de clientes que siempre nos levanta la moral para continuar,
aquellos clientes que se convirtieron en nuestros ‘amigos consumidores’, un grupo de personas que llevan la camiseta de nuestra empresa sin pertenecer a ella, por
eso es fundamental mantenerlos contentos en todo momento.
La práctica de premiación
mantiene la conducta del consumo, sostiene a los clientes fieles enganchados y
causa deseo en aquellos que anhelan ser consumidores premium. Por eso debemos
cultivar el buen trato con nuestra clientela.
La obtención de un nicho de
personas que siempre están pendientes de nuestros servicios, nos asegura un
consumo continuo en cada fase de producción. Adicionalmente la fidelidad se convierte en publicidad
interpersonal que logra atraer a más clientes.
Ya logrado un producto que
satisface necesidades y obtenido clientes fieles que aseguran el ciclo de venta,
solo nos queda mantenerlo, y eso va a depender de cuánto hagamos por nuestros
seguidores de marca y productos.
RESUMEN:
* Crear un producto que satisfaga
necesidades
* Obten clientela
* Manten y premia a clientes
satisfechos
* Continua con el ciclo de
producción pensando en tu objetivo
CONCLUSIÓN:
Está claro… Al tener muchos
clientes tenemos que localizar a aquellos que nos aseguran la compra de
productos/servicios y luego conservarlos ofreciéndoles nuestra amistad, respeto y confianza, expresados en mejores
productos, ofertas especiales y servicios personalizados. Es como el amor,
siempre hay que mantener la llama encendida.
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